Bruni es un profesional joven que disfruta con la labor que hace día a día.
Vive en Valdivia y ha hecho de la capital de la Región de Los Ríos la ciudad en la que quiere labrar su futuro.
Bruni es negro.
Bruni es haitiano.
En su labor de facilitador intercultural y traductor del Programa de Apoyo al Migrante de la municipalidad local, colabora en la creación y fortalecimiento de la institucionalidad necesaria para crear planes y proyectos orientados a la atención de la población migrantes y refugiados.
En su vida en Chile debió enfrentar situaciones que no esperaba, pero que lo motivaron a seguir adelante en busca de un mejor futuro, uno donde pudiera desarrollarse y crecer, y no estar en riesgo constante como en su país natal.
Durante los años de la intervención humanitaria de la Organización de la Naciones Unidas en Haití que comenzó en 2004, diversos países enviaron tropas militares para ayudar a pacificar un territorio en completa anarquía.
El contingente se compuso de aproximadamente siete mil efectivos militares, provenientes de Argentina, Bolivia, España, Estados Unidos, Uruguay y Chile, entre otros.
La presencia militar conjunta de Chile, Colombia y Ecuador se concentraba principalmente en el puerto de Cap Haitien, en el norte del país.
Los objetivos de la misión fueron principalmente: estabilizar el país, pacificar y desarmar grupos de delincuentes, promover elecciones libres e informadas y fomentar el desarrollo institucional y económico de Haití.
También hubo contingente en la capital Puerto Príncipe y fue ahí donde Bruni comenzó su relación con Chile.
En conversación con Diario de Valdivia da muestras de un correcto uso del español. Habla bien y entiende cuando se le habla rápido. Por ahí se le escapan algunos chilenismos lo que sorprende, porque denota cuán adaptado está a la cultura local.
“Llevo seis años en Valdivia y quizás muchas personas no saben la labor del facilitador intercultural. Es una palabra que no se escucha mucho. Esto es como ser un gestor cultural y dentro de eso hay traducción y actividades culturales también, es una palabra muy amplia”, comenta.
“Ayudamos a otros inmigrantes a hacer sus gestiones, a qué oficinas concurrir para regularizar sus documentos, dónde pueden acceder a la salud, dónde aprender el idioma, entre otras cosas”, señala Bruni.
-¿Cómo se inició tu relación con Chile?
“Todo comenzó en 2008 cuando conocí a los militares chilenos que estaban en mi ciudad como parte de la misión de la ONU, los que son conocidos como cascos azules. Allí yo iba siempre a su cuartel y me fui haciendo de amigos, aprendiendo español y cociendo más de Chile”.
-¿Qué conociste?
“Fui creciendo ellos, porque me quedaba cerca de mi casa. Desde esos años conocí la cultura, la música chilena, las cuecas y el idioma. Lo que pasa es que un militar chileno me adoptó como su hijo. Eso me permitió venir a este país”.
-¿Cómo fue eso?
“Lo que sucede es que yo iba siempre al regimiento de los chilenos en Puerto Príncipe. Ahí fui generando amistad con muchas de las personas y un militar me adoptó. Él se vino y me ayudó a venir a Chile. Él es muy importante para mí y para que pudiera venir hasta acá. Estuve poco tiempo en –Santiago y nos vinimos juntos a Valdivia. Llegué un 2 de febrero a Chile y el 5 ya estaba en esta ciudad.
-¿Cómo ha sido la adaptación?
“No he tenido grandes problemas de adaptación, ya que hablo el idioma. A veces me confunden con los colombianos porque ellos también tienen raza negra. Hay varios estados en Colombia donde hay población negra. Me costó conocer algunas palabras, pero poco a poco he ido aprendiendo”.
-¿Has sufrido discriminación?
“A veces he escuchado por ahí algunas cosas que a uno no le gustan, pero me digo qué importa. Además, la discriminación existe en todas partes. Hay que saber manejar la situación y enfrentar las cosas que a uno no le gustan.
Después de vivir con la familia del militar chileno, Bruni tuvo la oportunidad de trasladarse a vivir con dos de sus amigos haitianos a quienes les ha ayudado a incorporarse a la comunidad valdiviana.
“Yo les arreglo el camino para ellos, les enseño palabras, cómo tomar la micro o el colectivo. Somos amigos desde niños, jugábamos fútbol juntos y ahora los tres estamos en Chile.
-¿Cómo es la relación con los vecinos?
“No tenemos ningún problema. Siento que soy parte de sus familias. La persona que nos arrienda la casa ha sido buena con nosotros y nos llevamos muy bien. No hemos tenido problemas. Saludamos a los demás, conocemos a los vecinos. No tengo problemas en adaptarme, soy abierto y no me cuesta lo nuevo.
-¿Qué ha sido lo más difícil de la adaptación?
“Diría que el clima de Valdivia. Mi primer invierno fue el 2017 y fue complicado. Venía de una zona donde hacía mucho calor y sentí el cambio. No me imaginaba lo que era. Nunca había usado gorro de lana. Ahora sí… soy friolento, jajajaja.
El mensaje de Bruni es claro para los migrantes: tratar de integrarse de la mejor manera posible, conociendo la cultura y el lugar donde se vive. “Para mi Chile ha sido una oportunidad y la estoy aprovechando”, dijo.
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