Actualmente, en dependencias del Centro Regional de Investigación INIA Remehue en Osorno, específicamente en su Banco Activo de Germoplasma de papa, se conserva una colección de plantas in vitro de más de 800 accesiones de papa, entre las que destaca una colección de más de 450 accesiones de papas nativas.
“Su objetivo es mantener material genético disponible para el desarrollo de nuevas variedades de papa, pero no sólo eso, también busca la conservación de recursos fitogenéticos para garantizar la seguridad alimentaria y sostenibilidad de los sistemas agrícolas de generaciones actuales y futuras”, explicó Carolina Folch, gestora técnica del Banco Activo de Germoplasma de papa de INIA Remehue, quien participó en el taller “Criopreservación de Recursos Genéticos Vegetales – Primeros pasos para la formación de una red en Latinoamérica”, realizado recientemente en Centro Internacional de la Papa (CIP), ubicado en Lima, Perú.
“La participación en este taller obedeció a una invitación realizada por el Centro Internacional de la Papa y tuvo como uno de sus objetivos principales discutir sobre el estatus de las colecciones en Latinoamérica. Participaron 14 países, representados por más de 16 instituciones quienes compartieron sus experiencias y conocimientos sobre la conservación de recursos fitogenéticos, especialmente sobre el interés en implementar conservación a largo plazo”, sostuvo.
“Además de relevar la importancia para la seguridad alimentaria y sostenibilidad, se trabajó en la identificación las prioridades y estrategias de cada centro en la implementación de protocolos para la criopreservación y el establecimiento o extensión de criobancos para poder construir una red dinámica y activa a nivel de Latinoamérica”, indicó.
A su juicio, “si bien la conservación del material in vitro es un método que destaca por la posibilidad de conservar un gran número de plantas en espacios reducidos, donde se tiene un mayor control sobre el estado fitosanitario de las colecciones, una reducción de los tiempos de multiplicación, facilidad de intercambio de material genético e incremento de la tasa de multiplicación clonal de germoplasma, es un proceso laborioso que permite conservar el material a corto y mediano plazo, mientras que la criopreservación permite extender los tiempos de conservación a muchos años”.
“Lo anterior, sumado a las condiciones de un cambio climático rápido y amenazas antrópicas como deforestación, contaminación, pérdida de terreno agrícola, entre otros tipos de amenazas llevan a considerar la técnica de criopreservación como una excelente alternativa para ser implementada en el Banco de Germoplasma de papa de INIA, sobre todo para la conservación de material nativo de papa, que es un patrimonio genético y cultural que otorga identidad a una importante zona de nuestro país, como es el archipiélago de Chiloé, reconocido como sub-centro de origen de la papa por la FAO”, resaltó Carolina Folch.
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