Tenía que descansar en La Unión, esa fue la última voluntad del padre Pablo Fontaine, el religioso de los Sagrados Corazones que por años se identificó con esta ciudad y con su gente.
Los restos del sacerdote, fallecido en Santiago, llegaron en la noche del domingo 4 a La Unión en una carroza y fueron recibidos por fieles católicos unioninos con cantos y velas encendidas, mientras las campanas de la Parroquia San José hacían el característico toque de duelo. Posteriormente se hizo un responso dirigido por el padre Claudio Carrasco.
El velatorio del padre Pablo Fontaine es en el templo San José y la eucaristía para pedir por su alma serpa a las 12 horas de acuerdo a lo informado desde la comunidad católica unionina.
El templo ya está abierto para hacer oración, rezar el Rosario y cantar Alabanzas. La misa será oficiada por el obispo de la Diócesis de Valdivia Santiago Silva.
Luego de la misa los restos del sacerdote serán trasladados al Cementerio Católico de La Unión.
El verdadero nombre del sacerdote era Raúl, sin embargo en los años en que fue ordenado los Sagrados Corazones cambiaban su nombre simbólicamente como inicio de una nueva vida en Cristo. “Elegí un santaso”, dijo en una entrevista al explicar que decidió llevar el nombre de San Pablo por su afán misionero.
Nació el 13 de junio de 1925 en Quilpué y estudió en el Colegio de los Sagrados Corazones de Santiago e inició el noviciado en 1944 y se ordenó sacerdote mientras culminaba sus estudios en España en 1950.
Tras un gran servicio como sacerdote y profesor fue destinado a la parroquia de San José de La Unión, a inicios de 1996, residiendo en la comunidad de Los Alerces 64, población El Maitén. Durante esos años fue párroco en el período 2000-2003.
A mediados de 2019 fue trasladado a la Casa Provincial de su congregación para atender mejor a su salud, que comenzó a deteriorarse de modo consistente, sin embargo nunca dejó de lado el contacto con sus feligreses de La Unión que lo llamaban constantemente para compartir con él sus alegría o tristezas.
El padre Pablo era un gran escritor e hizo reflexiones profundas sobre la fe y la vida cotidiana en diversos medios de prensa, entre ellos el Diario Austral de los Ríos, donde semana a semana entregaba una columna escrita con una pluma y claridad magistral.
Sandro Mancilla, superior provincial de los Sagrados Corazones, destacó en una semblanza que escribió recientemente de padre Pablo sobre su humildad: "La humildad que le venía de su relación con Dios, su Señor, lo hacía muy consciente de su fragilidad hasta el punto de decir que, al momento de su muerte, su epitafio sería: “todo lo hizo mal”. Nosotros sabemos que eso en parte es verdad, porque fue Dios quien a través de él “todo lo hizo bien”.
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