“Esto fue un desastre, fue un año nuevo muy triste”, comenta a Diario Paillaco, Ximena Soto Rosales, histórica dirigenta de la Junta de Vecinos La Plata-Los Ulmos, en la comuna de Paillaco, sintetizando en pocas palabras la angustiosa experiencia vivida durante el incendio forestal que se inició en dicho sector.
Fue en la tarde del jueves 29 de diciembre que se activaron las alarmas de Bomberos en Paillaco, y posteriormente en Valdivia y otras comunas, por un incendio forestal que se inició en medio de plantaciones forestales ubicadas en Chamil.
Al momento de activarse la alarma de emergencia se reportaban 10 hectáreas afectadas. Solo en cuestión de un par de horas la situación salió de control, amenazando viviendas y personas, además de poner en alerta no solo a Paillaco, sino también a Valdivia, La Unión y Corral.
“El incendio fue el día jueves a las 6 de la tarde aproximadamente y esa misma noche fue caótica porque no había mucha coordinación, acá hay mala señal telefónica, entonces fue muy caótico y el fuego anduvo muy cerca de las casas”, revela Ximena Soto.
Este siniestro, catalogado como el más grande ocurrido en el territorio paillaquino, movilizó una enorme cantidad de recursos en las tareas de combate al fuego que, además, presentó una serie de características y dificultades, como lo explica el superintendente del Cuerpo de Bomberos de Paillaco, Cristian Felipe Yaeger.
“La distancia es bastante desde el poblado”, dice Yaeger, estimando en 15 kilómetros la distancia hasta el lugar del incendio desde el área urbana de Paillaco, con caminos en regular o mal estado, lo que demora la llegada de las unidades de emergencia.
“Vimos que había fuego y de un momento a otro cambió el viento, ahí el fuego se propagó, el factor climático jugó en contra, porque además a la fecha no es normal que haya viento”, explica el superintendente de Bomberos.
Asimismo, las pavesas, que son chispas que se desprenden y se trasladan por el aire, fueron las causantes de la aparición de nuevos focos de fuego, complicando aún más la situación de emergencia. “Cuando el incendio salió de control, la labor principal de Bomberos fue la protección de viviendas”, detalla Yaeger.
Hacia las 21:00 horas de ese jueves 29 de diciembre, la Delegación Presidencial de Los Ríos, en base a la información de Conaf, y en coordinación con Onemi, declaró Alerta Roja para la comuna de Paillaco por incendio forestal.
Bomberos de casi todas las comunas de la región, incluso desde Osorno, llegaron a combatir el incendio, a lo que se sumaron brigadas de Conaf y de la empresa Arauco, además de apoyo aéreo.
Incluso, al menos en una oportunidad, hubo voluntarios que sintieron el riesgo hacia su propia seguridad, como lo revela Cristian Felipe Yaeger. “A nosotros el fuego casi nos dejó encerrado un carro”, confiesa.
“Siempre entramos a un lugar teniendo la precaución de tener un escape, un lugar por donde salir en caso de una emergencia, y en un momento comenzamos a bajar material y cambió el viento”, relata.
“Comenzaron a saltar pavesas a unos 100 a 50 metros, asi que rápidamente tuvimos que recoger el material e irnos a zona segura, con Conaf que también tuvo que retirar sus equipos, y en ese caso no se puede hacer nada más”, explica.
Los siguientes días no dieron tranquilidad a residentes, ni a Bomberos, ni a autoridades. “El clima hacía que el fuego se desparrame muy rápido por el viento”, comenta Ximena Soto, obligando a optar por la evacuación.
En ese contexto, el alcalde de Paillaco, Miguel Angel Carrasco, solicitó al Gobierno decretar Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe por calamidad pública para el sector, a fin de movilizar más recursos tanto técnicos, como humanos y financieros para hacer frente a la preocupante emergencia.
“Lo que espero como alcalde es que se pueda declarar la Zona de Catástrofe", enfatizaba el jefe comunal, quien a esa fecha ya había movilizado recursos municipales para ir en ayuda de los habitantes del sector afectado.
“Existe riesgo de propagación del siniestro a viviendas en La Plata, Los Ulmos y Tres Chiflones, y aún no se descarta la posibilidad de que el fuego avance hacia el vertedero Morrompulli”, dijo el jefe comunal al hacer pública su petición el viernes 30 de diciembre.
Finalmente su solicitud no tuvo la respuesta esperada, en tanto el avance de las llamas afectó a Los Guindos, donde hubo evacuación de familias, y obligó a la municipalidad de Valdivia a cerrar el vertedero Morrompulli, hasta donde concurren las comunas de la región a depositar los desechos domiciliarios.
En dicho recinto se centraron trabajos creando cortafuegos para protegerlo ante la posibilidad de ser alcanzado por el incendio, cuyos focos llegaron a 500 metros de distancia.
En la mañana del 31 de diciembre, una versión indicaba que el incendio se había propagado hacia la comuna de La Unión, luego se aclaró que se había tratado de otro incendio, el que fue controlado por Bomberos de La Unión, pero al sector llegaba mucho humo procedente del gran incendio de Paillaco, lo que generó preocupación en la zona.
Con toda esa problemática en desarrollo llega la noche de año nuevo, con Bomberos trabajando y los vecinos de Los Ulmos-La Plata organizados para prepararles alimentos, como lo hicieron durante casi todos los días de la emergencia.
“Estamos aquí en un lugar donde estamos preparando almuerzos y cenas para los brigadistas, para los bomberos y todos los que están trabajando, ayudándonos a proteger nuestras casas”, explicó la dirigenta Ximena Soto, en esa oportunidad.
“Fue un año nuevo muy triste” lamenta, en tanto el superintendente de Bomberos de Paillaco indica que dicha institución fue la única que se mantuvo en el frente combatiendo el fuego en la noche del 31 de diciembre y madrugada del 1 de enero.
“El día de año nuevo quedó solamente Bomberos, y esa noche llegó el Cuerpo de Bomberos Osorno, y quedó creo que Choshuenco y Panguipulli, y como los voluntarios de Paillaco ya estaban tan cansados los hicieron retornar”, comenta.
Ya en la jornada del 1 de enero se logró controlar el incendio en Los Guindos, y el lunes 2 se autorizó el retorno a sus hogares a los vecinos y vecinas del sector de Los Guindos que habían sido evacuados.
El 3 de enero se confirmaba que el incendio forestal se encontraba contenido y sin avance, pero continuaron los trabajos de Bomberos de distintas comunas, Senapred, Brigada Forestal del Ejército (Brife), ambulancia Achs, empresa Arauco. Aproximadamente 150 personas en la zona, con apoyo de helicópteros.
Ese mismo día reabrió el vertedero Morrompulli, y los vecinos y vecinas de la zona arrasada por el fuego recobraron una relativa tranquilidad. A la fecha, el incendio aún no se ha extinguido aunque está controlado y bajo el atento monitoreo de Bomberos, para que el fuego no se reactive.
El balance indica que el incendio consumió más de 2.460 hectáreas, en su mayor parte plantaciones de eucaliptus, y providencialmente no hubo pérdidas en viviendas ni en vidas humanas.
La o las causas de este incendio son materia de investigación, peritajes en los que interviene tanto Conaf como la PDI a través de su Brigada Investigadora de Delitos Medioambientales y contra el Patrimonio Cultural.
Por el momento se trabaja en la evaluación de los daños, los vecinos tratan de retomar algo de su normal cotidianidad, y las instituciones desde el nivel regional al local deben sacar lecciones y experiencia de este incendio forestal.
Bomberos de Paillaco tiene claro que no pueden bajar la guardia. “Estamos conscientes que este es el primer incendio de la temporada, pero van a volver a haber incendios”, concluye el superintendente del Cuerpo de Bomberos de Paillaco.
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