El pasado 12 de junio se conmemoró el día mundial del hígado graso y la Asociación Chilena de Hepatología (ACHHEP), filial de la Sociedad Chilena de Gastroenterología (SChGE), hizo un llamado a crear conciencia sobre los riesgos del hígado graso, condición que ha aumentado progresivamente en los últimos años, representando una de las principales causas de cirrosis y trasplante hepático. La enfermedad hepática por hígado graso no alcohólico es una enfermedad caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado.
El aumento en la prevalencia del hígado graso ha ocurrido en forma paralela al aumento de la obesidad y de la diabetes. En relación ha esto, la Dra. Leyla Nazal, presidenta de la ACHHEP, hace referencia a los datos entregados en la Encuesta Nacional de Salud realizada el año 2016 y 2017, que son realmente preocupantes y que revelaron que un 74% de los chilenos presentaban sobrepeso y un 12% de los adultos mayores tenía diabetes mellitus 2. Añade: “En estas cifras ha influido especialmente el estilo de vida que tenemos en nuestro país en los tiempos actuales, especialmente el mayor sedentarismo y los cambios en los hábitos de alimentación”.
Según estudios a nivel mundial y también realizados en Chile, se estima que un 25-30% de la población tendría hígado graso, siendo esto aún mayor, de hasta un 70-90%, entre en las personas con obesidad. En este sentido, el Dr. Juan Pablo Roblero, hepatólogo y vicepresidente de la ACHHEP, explica que “el gran problema es que alrededor de un 20-30% de las personas que tienen hígado graso desarrollará a través de los años una forma de enfermedad hepática más avanzada denominada esteatohepatitis no alcohólica y que tiene el riesgo de progresar a cirrosis, cáncer hepático e incluso causar la muerte”.
Por su parte, el Dr. Juan Pablo Arab, director de la ACHHEP, comenta que el hígado graso en general no da síntomas evidentes en las fases tempranas de la enfermedad y el diagnóstico se realiza habitualmente por un hallazgo incidental en una ecografía abdominal o en los exámenes de sangre. “Actualmente no existen medicamentos efectivos aprobados específicamente para esta enfermedad. No obstante, es posible detener su progresión a daño hepático grave, mediante un cambio en el estilo de vida centrado en la actividad física y una correcta alimentación”, puntualiza Arab.
Desde el punto de vista nutricional, las principales recomendaciones son: elegir alimentos saludables evitando el consumo de azúcares refinados (sacarosa y fructosa refinada) presentes especialmente en bebidas y jugos de fantasía, en chocolates y galletas dulces, y evitar el consumo en exceso de grasas saturadas, que se encuentran en carnes rojas, cecinas, alimentos fritos y mantequilla. Entre las dietas más recomendadas, se encuentra la dieta mediterránea, que es rica en frutas, verduras, legumbres, fibra, aceite de oliva extra virgen y pescado; y baja en azúcar, bebidas, alimentos procesados, grasas saturadas y colesterol).
Asimismo, los especialistas de la hepatología recomiendan también limitar el tamaño de las porciones de alimentos y evitar el consumo de alcohol. La actividad física recomendada debe ser frecuente y de moderada intensidad, idealmente debe realizar 150 a 200 minutos de ejercicio a la semana.
“Las personas con hígado graso tienen más riesgo de desarrollar otras afecciones, especialmente trastornos metabólicos, como diabetes mellitus, y enfermedades cardiovasculares. Las muertes provocadas por problemas cardíacos son una de las principales causas de mortalidad en las personas que viven con hígado graso”, así lo señala el Dr. Francisco Barrera, hepatólogo y director de la ACHHEP.
Finalmente, además de lo comentado en relación a los cuidados en la alimentación y la realización de ejercicio físico, es importante que toda persona en sus controles médicos consulte por la presencia de hígado graso, especialmente si presenta sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, insulinoresistencia, colesterol o triglicéridos elevados.
Éste y otros temas serán parte del “Curso de Enlace” que organiza la Sociedad Chilena de Gastroenterología, entre los días 15 y 20 de junio. El programa comenzará por un módulo de páncreas, para seguir con hepatología, endoscopía digestiva, neurogastroenterología, enfermedad inflamatoria intestinal, y un módulo de cierre de COVID-19 y Gastroenterología. https://cursoenlace.cl/
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